viernes, 28 de noviembre de 2014

Hellen Keller, un gran ejemplo de superación

Hellen Keller nació el 27 de junio de 1880, en Alabama (Estados Unidos). No nació ni ciega ni sorda, al principio era una niña normal, hasta que cumplió el año y los siete meses.
Con esta edad le diagnosticaron una enfermedad que los doctores describieron como una congestión aguda del estómago y el cerebro.
Hellen no tuvo la enfermedad por mucho tiempo, pero ésta dejó sus huellas: ceguera, sordera e incapacidad para hablar.
Pero estas discapacidades no lograron retener a Hellen a la hora de comunicarse. A los siete años, la pequeña ya inventó más de sesenta distintas señas para poder comunicarse con su familia.


Poco después, los padres de la niña contrataron a la profesora Anne Sullivan para que instruyera y enseñara a Hellen a comunicarse a través de los signos con un aprendizaje más abierto. El encuentro de la profesora y la niña dio paso a una gran amistad entre Anne y Hellen. La muchacha se fue a vivir con la maestra y fue aislada de su familia. Trabajaron y convivieron juntas durante 49 años
Anne enseñó a Hellen, entre otras cosas, a leer en francés, alemán, griego y latín a través del sistema braille.


Gracias a la ayuda de Anne, Hellen, con 20 años, fue la primera sorda que entró a la universidad.
Pasado un tiempo Hellen se convirtió en una tremenda fuerza de voluntad para todos los discapacitados del mundo. Fundó una organización para la prevención y el tratamiento de la ceguera.
Hellen escribió numerosos libros sobre su motivación para el activismo.
Tuvo una larga y feliz vida, muriendo a los 88 años de edad. Hasta hoy es un icono de la superación y de los corazones fuertes.

 

Trabajo realizado por: Fátima y Raúl

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